Dark Souls
Me parece que últimamente he taladrado muy poco a la gente con el juego que me tiene enganchado en estos momentos. De hecho, sólo me ha retirado la palabra la mitad de la empresa para la que trabajo, mis amigos (sí, tengo tres o cuatro de esos), mi familia, mi hermana simplemente no me escucha y hasta mi cachorrilla me gira la cabeza cuando le hablo de Dark Souls (pero lo de ella es temporal hasta que me lo pase del todo). Como sólo me faltas tú por por hablarte del tema ahora ha llegado tu turno.
Disclaimer: El autor de esta entrada puede ponerse tremendamente pesado con el puto juego este que no conoce tanta gente pero que a él le apasiona, como casi cualquier gilipollez que sólo conozcan cuatro gatos. Por todo ello querría pedir perdón por anticipado y rogar que sólo se dejara de visitar Distrito Digital hasta la salida de la próxima entrada. Muchas gracias.
Pues como te iba contan… espera, ¿por qué no se pone la letra normal otra vez? Ah, vale, todo bien ahora. Comencemos.
Dark Souls es un action RPG, vamos, un juego en el que vas dando de rijostios a todo lo que se mueve mientras puedes subir niveles, mejorar armas y armadura, etc. Lo único que no puedes hacer verdaderamente es rolear pero… bah, menudencias.
La verdad es que al juego tampoco le hace falta para ser entretenido y desafiante como él solo. Ambientado en una especie de inframundo oscuro medieval fantástico, nuestro cometido como no-muerto será… Espera, ¿este juego tenía historia? Sí, creo que ya hacia el final del juego algo dicen pero ya ni lo recuerdo. Pasemos también de la historia para hablar de lo que nos interesa: las hostias.
Y es que es en esta parte donde el juego da lo mejor de sí. Mientras otras producciones con mucha más pasta usan como reclamo los gráficos y el mata-mata a saco (léase God of War o Call of Duty – vaya parece que los lectores empiezan a abandonar el blog… da igual, sigamos), Dark Souls requiere de ciertas dosis de paciencia y una buena estrategia para lograr sobrevivir y avanzar en el contenido. Empiezas con un personaje totalmente moldeable que puede terminar siendo lo que tú quieras, desde a un poderoso (y totalmente OP) mago a un potente guerrero o un sibilino pícaro.
Dado que se me acabaron los adjetivos con la anterior frase, sólamente puedo decir que el juego merece la pena y es bastante complicado. La curva de aprendizaje no es excesivamente compleja, pero la mayor parte del tiempo nos veremos sometidos a experimentos de ensayo-error, que es lo que nos dará verdadera experiencia para no estar perdiendo nuestras almas constántemente.
¿Qué son las almas? Digamos que es como la moneda del juego y sirven para comprar todo: nuevos niveles, más objetos, mejores armas, etc. ¿El punto malo? Morir tiene sus consecuencias, y la más grave es que dejas las almas que hayas reunido hasta entonces en el punto en el que caíste. Si mueres otra vez sin recuperarlas, las pierdes. Esto hace que vayas muy amenudo con esa sensación de tremenda incertidumbre y mucho cuidado durante prácticamente todo el juego.
Además, el juego tiene modos cooperativos y competitivos online que pueden reportar inmensas ganancias (derrotar a un jefazo que nos esté haciendo la vida imposible) o increíbles pérdidas si un jugador de otro mundo se cuela en tu partida y te hace polvo mientras estabas haciendo tu partida perfecta. Por suerte o por desgracia, para que un jugador te ataque, has de conseguir un power up que te permite dejar el estado «no-muerto», al igual que para pedir ayuda a otros jugadores. Sin embargo, como no-muerto, sólo podrás ayudar a otros jugadores y dar lo mejor de ti mismo para derrotar al jefe de la zona para recuperar tu humanidad (así como conseguir jugosas recompensas en forma de almas).
En fin, con esta entrada simplemente quería hacer una especie de introducción a lo que es el juego (aparte de que necesitaba escribir algo que no me llevase mucho tiempo). A continuación podrás ver un vídeo que muestra un poco del juego a modo de trailer.
En resumen y lo que es para mí más importante: una buena jugabilidad, maravillosa ambientación con gráficos efectistas (no muy buenos, pero casan bien con la atmósfera), un juego para echarle mogollón de horas que deja una sensación de agradecimiento increíble cada vez que avanzas y uno de los mejores juegos con los que me he topado para PC (también en Xbox 360 y PS3).
Dark Souls, para terminar, es la «secuela espiritual» de Demon’s Souls, juego de PS3 que usaba una mecánica y atmósfera clavada a este, pero renovado y mejor. Hace poco ha salido la segunda parte (Dark Souls II) y yo estoy deseando jugarlo ya.
Espero que todo lo que he escrito te haya resultado útil. ¡Un saludo y un abrazo, compañero!
Tertulia friki