La comunicación en clave de rol
A veces creo que me repito. Es más, estoy seguro de ello. Hay un tema sobre el que vuelvo una y otra vez de forma incansable: tenemos que hablar entre jugadores y directores de juego. No creo que jamás se haga suficiente hincapié en este tema. ¿Y todo esto por qué? Por todas las ventajas que una simple charla conlleva para nosotros.
Desde el punto de vista del jugador, hablar con todos los compañeros es importante. Quizás lo veamos innecesario y es posible que a veces lo sea, pero los demás puntos de vista enriquecen el nuestro. Una opinión sobre lo que se podría haber hecho, o sobre qué les parece la interpretación del personaje. También recibir algún consejo sobre el mismo (ya sea a nivel mecánico o interpretativo) nos dará impulso para avanzar hacia la perfección de lo que queremos conseguir. No quiero decir que todas las opiniones valgan, pero sí habría que tomarlas en cuenta analizándolas cuidadosamente. También si tenemos algún problema con la partida u otros jugadores, lo mejor es hablar entre nosotros para ver cómo resolver esos problemas que parecen irreconciliables en un principio.
Para el director, hablar con los jugadores es algo más que una sugerencia: es algo vital. Ya hablamos en anteriores entradas sobre las críticas, pero no sólo entra en ese campo. El director muchas veces tiene una carga de trabajo bastante amplia, y asegurarse que todo el mundo se divierte también es algo a tener en cuenta. No solo eso, sino que muchas veces ejercerá el papel de mediador en las disputas, a veces entre los personajes, pero otras veces también entre los jugadores. Es decir, las partidas pueden conllevar muchos problemas (como cualquier otra interacción humana), y es por esto que alinear los respectivos puntos de vista ayudará a todo el mundo a encaminar la partida en la dirección deseada.
Además, ya no es sólo que los jugadores se diviertan, sino que alcancen un objetivo que el director tiene en mente. Puede que esa partida de terror sea muy divertida… y sin embargo los jugadores se divierten más haciendo cualquier otra cosa que pasando miedo o estando en tensión, porque la partida no llega a ofrecerles ese. Si el objetivo del director es conseguir ese efecto, dista mucho de que los jugadores se lo pasen bien, sin más. Es algo que puede resultar frustrante. Por eso, hablar con ellos es también una buena manera de hacer que se encarrile ese problemilla. ¿Cuál es el problema? ¿Es poco interesante el asunto? ¿El ambiente es poco adecuado? ¿Cómo podemos estar más predispuestos a picas el anzuelo y dejarnos seducir por el tono oscuro de la partida? Vaya, aquí cada cual tendrá sus propias respuestas.
Es por la variedad de opiniones y esas respuestas que pueden diferir de un grupo (o una persona) a otro por lo cual los consejos genéricos de tantos juegos de rol, de tantas entradas de blog y consejos profesionales sólo sirven de manera general. Como todo es relativo a la hora de llegar a la mesa, conviene adaptar la estrategia a ese grupo de personas, pero para ello necesitamos saber la opinión de las mismas. De nada me vale, volviendo al ejemplo anterior, prepararme una gran partida de terror con una ambientación asombrosa si lo que esperaban los jugadores era una campaña épica de ciencia ficción. Los factores son muchos, pero básicamente sólo ellos y el director tienen la respuesta que buscas.
Por eso, cuando tengas problemas en aquella partida que podría haber ido mejor, quizás sea hora de detenerse un momento y, en vez de tantear otras posibles opciones, ponerse a tener una larga charla con los jugadores. Una con todos juntos y otra con cada uno por separado sería lo mejor. ¿Y por qué de esta manera? Porque en el grupo quizás haya una opinión más uniforme pero menos representativa de lo que busca cada cual, o del problema que queramos atajar. Quizás el problema lo tenga alguien en particular o cada cual tenga su manera de ver las cosas. Una vez con el conocimiento de todos, podrás llegar a la solución (si la ves posible) o cambiar totalmente de tercio si no te compensa.
En definitiva, hablar con todos es un esfuerzo enorme, pero un esfuerzo necesario para tantas situaciones fuera y dentro de las partidas que, de por sí, debería ser lo primero que se haga antes de atacar el dilema en cuestión.
Un saludo y un abrazo.
Tertulia friki