Mi personaje es débil
El polvo se levanta sobre el campo de batalla. Los guerreros se alzan entre las cenizas cubiertos de magulladuras, y a pesar de todo, con una sonrisa de satisfacción. Ha sido una gran batalla y ellos han vencido. Todo parece volver a su cauce habitual. Espera, ¿todo? Hay un guerrero de expresión aburrida, alejado del grupo principal. ¿Qué ha pasado aquí?
Hay partidas de rol de todo tipo, creo que hemos hablado de este tema muchas veces, y como partidas, jugadores. Los hay de todo tipo, y no pienso ponerme a clasificarlos en este momento (tampoco creo que sea necesario, la verdad). Hace un tiempo que hablé sobre el jugador Lobo Solitario en las partidas. Hoy no vamos a entrar en esos estereotipos, sino en una situación amarga que surge de vez en cuando: aquel jugador que siente que su personaje, por el motivo que sea, no tiene tanto peso en la trama o es más debil que la media del grupo.
Cuando un jugador se siente así, es difícil llegar a saberlo sin que él mismo nos lo diga. Algunas señales de esto puede ser la reticencia del jugador a integrarse en el grupo, o puede que se trate de una persona que se queda aislada en ciertos momentos e incluso no esté demasiado atenta a la partida. Lo mejor para llegar a este jugador es, una vez más, hablar con él si el problema se tiene localizado y con el grupo en general tras cada partida (aunque no sea inmediatamente después).
Ponerle solución a este problema es otro punto complicado. ¿Cómo hacer que ese jugador no se sienta inútil o piense que es una especie de secundario en la historia? Tras una conversación con él para detectar exactamente el problema, quizás haya que hacer ciertos cambios en la campaña o en su mismo personaje. ¿Es el personaje realmente débil o es que no tiene ocasión de usar sus habilidades? ¿No se integra o colabora adecuadamente con el grupo o es más bien que los otros jugadores acaparan excesivamente la atención del director? No es sencillo, desde luego.
Encontrar un parche a esta situación no puede pasar por un simple lavado de cara a la hoja del personaje. Aquí la cuestión podría ser que esto mismo no fuera suficiente. Si es un problema de equilibrio de poder, quizás el resto de personajes sean demasiado poderosos y no encontraran problemas donde él ve muros infranqueables a la hora de entrar en un enfrentamiento. Por otro lado, si el problema estriba en sus capacidades sociales o se siente un tanto intimidado con el resto de jugadores es posible que el problema recaiga sobre el espacio que ocupa en la partida más que sobre una serie de puntos en su hoja de personaje. Quizás dándole la oportunidad de resolver cuestiones que sólo él podría llevar a cabo, sería un punto a tener en cuenta. La interacción con pnjs podría servir en algunas ocasiones para darle el empuje que le falta. Otra de las posibilidades recaen en su falta de éxito a la hora de acometer una tarea. Si el jugador con más carisma se lleva la simpatía de todos los personajes no jugadores, o si el que más experiencia de combate resuelve todos los problemas por él mismo, es posible que no quede ningún campo en el que este jugador pueda moverse con comodidad. Al fin y al cabo, ¿para qué voy a ser un guerrero si este otro jugador ya se encarga él sólo de todos esos problemas y eso me excluye de mi campo de especialidad?
Por otro lado, hay que saber cómo recompensar a los jugadores, no ya con tesoros o concediéndoles una habilidad nueva, no. La mejor recompensa para los jugadores siempre serán tener más espacio para jugar la partida y disfrutarla con mayor intensidad. Si el hacker lleva tres partidas quedándose en una esquina sin poder hacer nada, lo más probable es que debiera haber más dispositivos que pudieran ser hackeables y controlables por él antes de dejarle apartado de la historia hasta ese punto.
También es posible que el jugador simplemente pase por una mala etapa. ¿Quién sabe? Las vivencias personales pueden estarle pasando factura y no estar centrado, dándole una especie de golpe a su autoconfianza que le impida actuar. En esos momentos quizás necesitara más apoyos. Y ten en cuenta que esto no es únicamente tarea del director, del que tantas veces hablamos, sino también de sus compañeros de partida. Al fin y al cabo, todo el grupo está para ayudarse. Tened esto en cuenta a la hora de jugar, porque en las partidas de rol, todos queremos divertirnos.
Un saludo y un abrazo.
Una situación tan cotidiana en las mesas relativamente regulares que sorprende, a la larga, que nos siga costando tanto encontrarle la vuelta. Y es que la realidad de cada personaje, cada jugador, cada situación es tan compleja que nos obliga a repensar en esto cada vez que sucede. A modo de anécdota y agradecimiento por la interesante entrada, decir que tengo dos jugadores que reflejan a la perfección tal estereotipo. Cada uno a su manera, uno en modalidades narrativas, otro en juegos más tácticos. Mi experiencia siempre ha sido buena: así como comentabas, hablar sobre lo que sucede dentro y fuera del juego y, sobre todo, que los jugadores participen activamente en el balance de la campaña.
Un gusto pasar por acá