No quiero seguir jugando a rol
Con el paso del tiempo, puede que incluso las partidas de rol terminen por aburrirte. No pasa nada. Es un proceso natural y, ya sea por exceso o por jugar siempre a lo mismo, uno termine por aburrirse. ¿Qué opciones nos quedan a partir de entonces?
La verdad, incluso a mí me ha pasado alguna vez. Cuando estaba en el instituto, llegaba a meterme entre pecho y espalda auténticas maratones de varios días seguidos jugando al rol, con sólo el tiempo justo de sueño suficiente como para ir a la siguiente. Y las partidas eran variadas: había una de D&D, la que dirigía yo de Vampiro: La Mascarada y otros tantos sistemas. Llegó un punto que estaba a rebosar de rol, un momento en mi vida que creo que jamás volveré a vivir… pues ya se sabe: en cuanto tienes trabajo y otras responsabilidades, se pierde mucho tiempo libre. Perdonad por el momento nostálgico.
La cosa es que llega un momento que puede cansarte y aburrirte o, simplemente, necesites hacer otra cosa. ¿Qué mejor manera de actuar que cambiando un poco de tercio? Lo cierto es que existen muchas otras aficiones, relacionadas o no con el rol, para despejarse y volver a las andadas con el tiempo, si es lo que uno quiere. Videojuegos, cómics, juegos de mesa, deporte, salir a tomar algo… no todo tiene por qué ser rol, está claro.
El problema puede venir cuando llegas a un punto en que no quieres ver el rol ni en pintura. Por una parte, es una jodienda para todo el grupo, que tendrá que entender tu posición y seguir sin ti, o bien esperar un lapso de tiempo antes de entrar de lleno de nuevo en el mundillo. Por otra parte… a ver, es que es normal. Si acabas hasta las narices y terminas jugando a desgana una partida, pronto se pierde la ilusión y las ganas que podrían quedarte, y esto lleva en último término al rechazo. Esto es especialmente cierto en aquellas ocasiones en las que el grupo de juego pasa por problemas, ya sea entre los jugadores como en las vidas de cada cual. Es una situación difícil que muy probablemente no pueda resolverse en el marco del juego y tenga que solucionarse más allá de cualquier consejo que pudieran darte sobre resolución de problemas en las partidas.
Y en fin, que la cosa puede no acabar ahí. Será una pena, no lo dudo, pero es posible que terminéis abandonando definitivamente la aficción. En este caso, se te echará de menos, seguro; pero también entra dentro de las posibilidades y deciones a tomar. Ya sabes que el rol siempre estará por aquí, pero también sabemos cuándo el juego ha de dejar paso a la voluntad de los demás y a otras obligaciones o aficciones. Adelante pues, y te deseamos todos la mejor de las suertes.
Aunque no nos pongamos tan dramáticos. Muchísima gente que ha jugado a rol en todo este tiempo ha acabado por dejarlo sin provocar catástrofes, y un amigo es un amigo tanto dentro como fuera del juego. No significa que no se pueda mantener el contacto, está claro. Y pensemos también en todos aquellos (como yo mismo), que al cabo del tiempo volvió a las mesas con energías renovadas y un montón de nuevas ideas. No todos se quedan por el camino.
En esto pienso en estos momentos. Sinceramente, ¿alguien pondría la mano en el fuego para asegurar que seguirá siempre con los juegos de rol? Como tantas otras cosas, creo que muy pocos pondrían la mano en el fuego por ello, pero por otro lado, ¿tiene sentido preocuparse tanto por ello? Para algunos, el rol es una pasión, y realmente lo viven y le echan una cantidad ridícula de horas. Para otros tantos, muchísimos, el rol es sólo un entretenimiento más… y el entretenimiento es para divertirse, que es el fin último de los juegos de rol.
No te preocupes si te ves en esta situación. Descansa y recupérate.
Un saludo y un abrazo.
Tertulia friki