Parasomnia: Leyendas y mitos de Pokémon I
Pues sí, aunque parezca increíble, hoy en la sección Parasomnia voy a hablar sobre algunas de las leyendas urbanas más perturbadoras relacionadas con este exitoso juego. ¿Cómo puede dar ni remotamente repelús un juego tan infantil como es Pokémon? Si no me creéis, atreveros a seguir leyendo, valientes. Pero antes, la inevitable advertencia.
Esta entrada puede contener imágenes, audios y/o vídeos no aptos por su contenido violento o extraño para todos los públicos. Aconsejo que si eres una persona sensible o no tienes la edad suficiente, pases de largo esta entrada y disfrutes del resto del contenido que ofrece el blog. Estás advertido.
Pokémon es una saga de juegos con una larga trayectoria, aunque no todos los juegos son tan inocentes en todos los aspectos como se ha dado a entender. Desde hace mucho tiempo corren abundante cantidad de información sobre cartuchos perdidos, ideas originales del juego que eran aún más que perturbadoras o incluso algunas teorías sobre la concepción de por qué el mundo de Pokémon es tal cual se muestra que nos pueden poner los pelos como escarpias. A continuación voy a hablar de únicamente tres de estos casos, algunos de ellos, muy conocidos por el fandom.
El Pueblo Lavanda
La historia detrás de este pueblo ya de por sí guarda algún que otro detalle tenebroso. No obstante, no hemos querido entrar a analizar en profundidad la historia en cuestión. Baste con decir que además de no estar animado de la misma manera como el resto del juego y de encajar un poco con calzador en el mundo, el Pueblo Lavanda está situado justo al lado de un gran templo cubierto de sepulcros, exorcistas y Pokémon fantasma. Esto por sí solo en un juego de estas características no es excesivamente preocupante. La típica historia de fantasmas que todas las series de dibujos animados tiene. Poco más de eso. Lo verdaderamente importante no es exactamente el emplazamiento.
Se esconde una historia aún más preocupante sobre el Pueblo Lavanda. No es algo que ocurra únicamente en el mundo del juego, sino que provocó daños reales en víctimas que lo jugaron. Sí, es posible. De hecho, es algo que alguna que otra vez hemos escuchado anteriormente.
A partir del 27 de febrero de 1996, una serie de suicidios en Japón entre críos de edades que iban desde los 10 a los 15 años empezaron a atraer la atención de la policía. Algunos niños simplemente saltaron desde las ventanas, mientras otros se ahogaron a sí mismos o se colgaron. No obstante, existieron algunos otros casos en los que los niños mostraban arañazos en los párpados y córneas, en los oídos o en los brazos. La cosa no quedaría aquí, cuando se atestiguó que algunos de esos críos, antes de cometer el suicidio, hablaron con sus parientes. Su comportamiento no era el normal. A veces se comportaban normalmente, pero sufrían de tremendas pesadillas despertando empapados en sudor, otras veces se despertaban gritando. Al preguntarles sus padres sobre qué les ocurría, pocos de ellos hablaron, mientras que otros gritaban desconsolados y era casi imposible calmarlos. Unos padres, no obstante, tras notar que su hijo había comenzado a cambiar tras jugar durante bastante tiempo con su GameBoy, le preguntaron directamente. Los gritos se convirtieron rápidamente en histeria, y el crío huyó del cuarto donde estaba la consola. Poco después, fue atropellado en uno de sus ataques.
Lo cierto es que poco se conoce del motivo de estos suicidios. Los padres entre los que se extendió el rumor de la GameBoy se encontraron con que todos ellos habían estado jugando al juego en los últimos días de su vida. Encendieron la consola y procedieron a hablar con la policía. Había algo que siempre coincidía: todos tenían el juego de Pokémon (sin importar la versión) y su personaje se hallaba en ese momento en el Pueblo Lavanda. La policía siguió con sus pesquisas, pero poco pudieron obtener de los programadores del juego en claro. Lo que sí evidenciaron era que la canción que sonaba era siempre la misma, independientemente de dónde fuera el personaje dentro del juego… la canción del Pueblo Lavanda.
El caso se dió por cerrado, esta pequeña cantidad de juegos destruidos y perdidos para siempre. Aún así, la leyenda continúa, pues se dice que aún el código de estos juegos se pueden encontrar en internet. Nadie sabe exactamente cuál fue el motivo de los suicidios, probablemente se tratara de ciertos aspectos unidos dentro del juego lo que volviera loco a esos niños. Pero una cosa está en común entre todos ellos. La canción «maldita» del Pueblo Lavanda. Sabiendo que no es sólo la canción la que produce este deseo, te dejo la pieza más abajo. Procede bajo tu propia cuenta y riesgo.
En la próxima parte traeré más leyendas interesantes sobre Pokémon. A cada cual más escabrosa.
Go to sleep.
1 respuesta
[…] que volvemos a encontrarnos. Si no tuviste suficiente con la anterior entrada sobre Leyendas y mitos de Pokémon, hoy encontrarás más información acerca de otros de sus historias clásicas. Y no, no estamos de […]