Parasomnia: Smile.jpg

SmileTodo el mundo, en alguna ocasión durante su vida, ha recibido algún tipo de e-mail en cadena. No creo que haya nadie en el mundo que jamás haya recibido uno de esos malditos e-mails con mensajes sobre cuánto nos ama Dios o lo bello que es vivir y cosas de por el estilo. La cadena que nos ocupa hoy, sin embargo, tiene mucho más de siniestro que de alegre. No sólo eso, sino ciertos acontecimientos relacionados con ella nos puede arrancar más de un escalofrío.

Esta entrada puede contener imágenes, audios y/o vídeos no aptos por su contenido violento o extraño para todos los públicos. Aconsejo que si eres una persona sensible o no tienes la edad suficiente, pases de largo esta entrada y disfrutes del resto del contenido que ofrece el blog. Estás advertido.

Nuestra historia comienza hace años, cuando por aquel entonces corría la historia de un perro conocido simplemente como smile.dog. Smile.dog era la forma de un perro contenida en una imágen llamada Smile.jpg. A través de los años, un escritor joven atraído por las historias de leyendas urbanas se topó con esta historia y encontró información. Mientras que era cierto que en ciertos lugares aparecieran imágenes no originales sobre este caso, en todo momento se repetía el nombre de su única víctima conocida: Mary E.

Aunque se sabía que este extraño e-mail había llegado a otras víctimas, el escritor decidió buscar por todas partes información hasta que al final logró dar con el paradero de Mary E. Por supuesto, en sus primeros encuentros sólo pudieron mantener algo parecido a una conversación acerca de las pesadillas y miedos de la mujer, que parecía haber descendido en picado hacia la locura más profunda hacía ya mucho tiempo.

Sin embargo, con el paso del tiempo, obtuvo aún más información y es que Mary E. encontró esta imagen al llegarle una cadena de e-mail. El día que abrió la imagen y contempló esos ojos llenos de odio y desprecio, esos ojos muertos de animal mientras el perro miraba directamente a su alma con una sonrisa que mostraba una hilera de dientes humanos, casi esbozando una sonrisa, su vida cambió por completo.

Según fue pasando el tiempo, aquella persona fue recogiendo cada vez más y más información. Generalmente de usuarios anónimos que no querían que su imagen se diera a conocer. Lo que en un principio empezaba como una leyenda se iba convirtiendo en una amenaza muy real. Las historias que circulaban eran cada vez más inquietantes. Aquellos que hubieran visto la imagen, empezaban a soñar con el perro, que poco a poco se iba introduciendo en sus sueños hasta que cada noche era una agonía saber que podría deparar un nuevo sueño. Desde luego, era infinitamente mejor descansar.

Poco a poco, las víctimas terminaban por caer en un estado de depresión y su percepción de la realidad era cada vez más terrible. El siguiente paso a ello era dejarse llevar y acabar con su propia vida. Una vida atormentada que quizás no pudiera escapar de ese sufrimiento, pero siempre quedaba la esperanza de que esto fuera así.smile.dog

El joven escritor supo no mucho más tarde de la muerte de Mary E. Cuando fue a despedirse en su funeral, su esposo Terence le dió una carta en la cual Mary le imploraba que detuviera la búsqueda. Según la carta, no estaría dispuesto a hacer los sacrificios necesarios para escapar de una vida de tormento. Sin embargo, no se rindió, como la lógica le hubiera dictado a cualquier persona responsable. No. Él siguió y, finalmente, recibió un correo.

«Yo tengo la imagen original de la que hablas.

Nunca he querido compartirla con nadie más, pero has de saber que una vez la abras, tu vida cambiará para siempre.

Adjunto la imagen a este correo.

Para librarte de Smile.dog tendrás que enviar esta imagen a otra persona.»

Fuera de toda razón, el escritor habrió la imágen. Lo vió a él, a ese perro diabólico. A partir de ese día, lo vería todos los días de su vida. Cada vez más siniestro. Cada vez pareciéndose menos a un perro, convirtiéndose en un demonio que ahora estaba en cada faceta de su vida.

Pero él no quería terminar como Mary. No podía. Envió el correo a algunos contactos. Desde entonces, es posible que recibais un correo con el título: «¡SONRÍE! ¡¡DIOS TE AMA!!». NO lo abráis de ninguna forma.

Podrían pasar dos cosas:

Que muráis o lo paséis a otros.

Eso hice yo.

Go to sleep

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