Pontificando sobre el rol: zarandajas
Veo cada vez más artículos que hablan sobre lo malo que es eso de imponer tus visiones sobre el rol a los demás, volviendo una y otra vez sobre aquel sobado debate de «tú no eres nadie para meterte en la mesa de juego de otros», y demás historias del mismo palo. Voy a dar mi opinión sobre el asunto aquí.
Entremos en situación. Un tipo que tiene un blog de rol se sienta frente a su ordenador con la idea en mente de escribir sobre rol. Muchos de ellos hablarán de algún juego en particular ofreciendo sus puntos de vista, otros tantos comentarán noticias más o menos nuevas, y el tercer grupo es posible que ofrezca ayudas, consejos u opiniones sobre situaciones de juego. Todos ellos tienen en común que sienten interés en el rol, y ya hablaremos en otra ocasión de experiencias o gustos. Por lo general, no hay nada malo en el tema de las reseñas, todo el mundo sabe que el bloguero está dando su opinión sobre el mismo, sin necesidad de usar constántemente las expresiones «en mi opinión», «desde mi punto de vista» o «creo que». De verdad, no es necesario. Si se usan las generalizaciones y más cuando hablamos de forma descalificativa, es cierto que existe gente que tiende a tomarse estos asuntos a la tremenda (a mí también me ha pasado alguna vez), pero no hay que perder la perspectiva. ¿Hasta qué punto puede llegar a ser un objetivo un blog? ¿Es objetivo cuando habla con generalizaciones, cuando pone a caldo un juego o desprecia a algún tipo de jugador? Lo dudo mucho. Creo que a estas alturas se entiende ya por dónde voy.
No voy a entrar en aquel tema tan recurrente de «nunca se es 100% objetivo», esto no es un tratado de estilo postmodernista. El tema del que hablo es que, salvo contadas excepciones, los blogueros, videobloggers y podcasters rara vez pretenden ofrecer una opinión que se imponga y sustituya la de sus lectores. Sí, es inevitable encontrarse con situaciones en las cuales la opinión de los anteriormente mencionados modifiquen incluso de forma sustancial la opinión propia. De nuevo, esto ha pasado y seguirá pasando. Me declaro una de esas personas cuya opinión propia también se ve influenciada por otras externas. ¿Y por qué no va a poder darse esa situación? Es bueno integrar con racionalidad opiniones diferentes o cuestionar las tuyas llegado cierto momento. Claro, que aquí hablamos de verse influenciado, no de verse obligado o tener la imposición de sustituir una opinión tuya por la mía por el motivo que sea.
Por supuesto, queda una pequeña porción de los conocidos como policías del rol, aquellos que apoyados en sus creencias y experiencias pueden llegar a expresar sus opiniones como si estuvieran más allá de toda duda concebible o sólo fuera válido su camino en las mesas de juego. Realmente, ¿hay tanta gente que se comporte de esta forma tan extremista? He oído un poco de todo, desde aquellos jugadores y directores que les parecía que hacías una mala partida de La Llamada de Cthulhu si los jugadores pudieran conocer hechizos («La Llamada de Cthulhu no se dirige así»), hasta aquellos cuya filosofía excluye otras formas de dirección o interpretación por parte de los jugadores. Por supuesto, volvemos a hablar de opiniones. ¿Van a ser capaces estas personas de entrar en tu propia partida y modificarla por vosotros? No, ¿verdad?
Porque el fin último, al fin y al cabo, es divertirse, todos estamos de acuerdo, incluso cuando se destruyen las reglas y se «destroza» el espíritu de un juego. Es cierto, y no pasa absolutamente nada. Al final, si has salido con buen sabor de boca lo demás es secundario pero, ¿realmente todos aquellos ejemplos que he puesto hasta ahora han conseguido imponer su visión del juego en tu partida? ¿Es esto siquiera remotamente posible? A veces pienso que estas situaciones en las que hablamos de imposiciones y demás formas autoritarias no son más que el reflejo del lector sobre lo que ha leído porque la influencia final o capacidad para imponer su autoridad en estos casos es cercana a cero, prácticamente inexistente.
Queda aún otra opción, como decía antes, y es que el lector dé por sentado que lo que le cuentan es la única forma de hacer bien las cosas en el rol, dejando atrás el conocimiento de que pocas veces el autor expresa su opinión, con todo tipo de matices, pasiones y niveles de intensidad. De prácticamente cualquier entrada de rol se puede obtener al menos una idea beneficiosa u otro punto de vista que enriquezca el del lector, y ese es el objetivo de tantos blogueros, videobloggers y podcasts, cuando no es simplemente la voluntad de ayudar a través de su misma experiencia lo que los mueve a escribir y grabar para otra gente. Hay que tener en cuenta que el mundo del rol pocas veces es agradecido, raramente alguien va a conseguir mucho más que algún agradecimiento de vez en cuando y poco más; incluso gente tan importante en el mundillo a día de hoy del panorama español como pudiera ser Jesús Rolero, dudo mucho que pueda dedicarse a este mundo en exclusiva y aún así se curra como un campeón ejemplos para ayudar, reseñas chulas y demás. Y que conste que esto no es patrimonio exclusivo de Rolero, cuanto más el de alguien que probablemente no tenga ni siquiera tiempo como para poder abrirse un Patreon o sólo disponga de un par de horas a la semana para crear más contenido por sus propios medios.
Reflexionemos, por favor, porque al fin y al cabo, lo que quieren los apasionados del rol a través de sus escritos y mayoritariamente es ayudar, no imponer nada a los demás.
Un saludo y un abrazo.
Tertulia friki