¿Qué es un juego de rol?

Desde muy pequeños jugábamos a juegos como indios y vaqueros, las casitas y policías y ladrones. Posteriormente imitábamos siempre con la candidez de nuestra edad lo que veíamos en series de televisión como Transformers, Bola de Dragón, Lucky Luke permitiéndonos por unos instantes convertirnos en nuestros héroes favoritos siempre sin salir de los límites del juego.

Los niños de todas culturas usan el juego como medio de aprendizaje y mediante este también es posible enseñar ciertos valores morales. Los juegos de rol evolucionaron muy probablemente desde esta perspectiva y siendo desarrollados a partir de los juegos de nuestra más tierna infancia.

En un juego de rol un grupo de gente (a partir de dos personas) se sientan alrededor de una mesa metiéndose durante la sesión de juego en el papel de un personaje (protagonista en la historia) que ellos mismos han creado bajo las directrices del director de juego (también conocido como narrador o master). En cuanto comienza el juego, el narrador propone una situación y los jugadores desarrollan a partir de esa premisa una historia sin guión en un ejercicio de interpretación improvisada describiendo de forma hablada sus actos, con gestos y expresiones. Obviamente, para que no haya problemas como cuando éramos pequeños en las acciones de los personajes (tipo: «Yo te capturo». «No, porque me voy corriendo y te esquivo».) existe la figura del director, que además de proponer el escenario y manejar a los personajes secundarios de la historia, será la figura de moderador y árbitro del juego; usando para ello libros de reglas, tiradas de dados y en la mayoría de los casos unas hojas de control con las características de cada personaje en ellas.

La principal característica que diferencia un juego de rol de otros juegos de tablero es su carácter cooperativo entre los jugadores. En un juego de rol no hay perdedores o ganadores, sino un grupo de gente intentando conseguir un objetivo común. Esto en algunas ocasiones puede cambiar, pero son la excepción a la regla. 

Debido a todo esto, es importante para un jugador la originalidad y la imaginación, cosas que también fomenta el ser jugador o director de juego. Entre otros beneficios, los juegos de rol ayudan en la enseñanza-aprendizaje de los individuos que participan, debiendo resolver problemas ficticios con los recursos disponibles de la partida. Otra de las características importantes es que fomenta la lectura como método lúdico, el cálculo mental y capacidad de resumen y esquematización a la hora de rellenar hojas de personaje o aprender las reglas y debido a que el juego es hablado, también su facultad para la expresión y vocabulario. Por otra parte, el hecho de que sea necesario en el juego de tablero el reunir un grupo de personas para jugar también permite la socialización, la tolerancia mediante circunstancias propuestas por el director y al compartir ciertos objetivos de juego con otras personas. Diversos estudios han demostrado que los juegos de rol han sacado a relucir algunas habilidades o características positivas de una persona que ya sea por verguenza o por no tener espacio a su desarrollo ellos mismos ocultaban ya sea de forma consciente o no. Es más, en la mayor parte de las partidas se pide al jugador que sea responsable tanto dentro como fuera de las partidas para organizar las sesiones de juego y para afrontar las consecuencias dentro del juego por las acciones de su personaje, haciendo que el jugador sea capaz de tomar decisiones dentro de un grupo de forma más capaz. 

Los juegos de rol sin embargo han sido también blancos de críticas de medios de información en algunas ocasiones al igual que los videojuegos por su ‘supuesto’ carácter violento o por el caso del asesino del barrio de Manoteras, más conocido como el crimen del rol. En este caso dos chicos se inventaron un juego llamado ‘Razas’ que poco o nada tenía que ver con los juegos de rol. A pesar de que el asesino tenía en su casa manuales de ocultismo, libros sobre la vida de Adolf Hitler y el Marqués de Sade, la prensa se fijó en los libros de rol que este poseía. Durante el proceso, que duró cinco años, la prensa comenzó a arremeter contra los juegos de rol inflamados por artículos de periodistas sensacionalistas como Rafael Torres, que en su artículo de El Mundo ‘Una Necrosis similar’ soltaba perlas del estilo «[Los juegos de rol producen] necrosis fulminantes en los tejidos de la cabeza y del corazón, aparte del desprecio por la realidad e ignorancia«, algo científicamente y a todas luces imposible. A pesar de esto, durante el proceso periodistas como Carlos Berbell y criminalistas como Salvador Ortega excluyeron a los juegos de rol de la ecuación, aduciendo que Javier Rosado, el asesino, era un asesino frío y sin remordimientos que no necesitaba una excusa para acabar con su víctima. Además, según la declaración de Javier Rosado «El rol me repugna. Sólo he jugado a Razas. Es un juego inventado por mí, en el que no interviene el azar. Por eso se juega sin dados. Es un juego de estrategia. El tiempo no existe, el acto carece de importancia, eso da igual, la persona carece de importancia.» Finalmente, el Tribunal Supremo excluyó también la causa de que el juego de rol fuera un enmascaramiento de la psicopatía de los asesinos, Javier Rosado y Félix Martinez. A pesar de ello se realizaron películas sensacionalistas usando los tópicos de los jugadores de rol como personas desequilibradas en películas como Nadie conoce a nadie de Mateo Gil.

Aún tiempo después de aquello alguna gente que ignora este tema y sólo lo conoce por lo que vió en telediarios y periódicos miran con una mezcla de recelo, temor y rechazo los juegos de rol.

Por último, sólo tengo una recomendación que haceros y es que, si nunca habéis jugado a un juego de rol de mesa, probadlo al menos una vez en la vida. Puede que os guste o no, pero no se puede criticar algo sobre lo que se desconoce. Os aseguro que jugar a rol puede llegar a convertirse en una experiencia única y preciosa.

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