Tarde de juegos: Samurai Sword
Dentro de los juegos cortos y rápidos, Bang! y sus variedades es uno de los que más triunfan dentro de los grupos en los que juego habitualmente. Las reglas sencillas y el hecho de que los turnos sean de corta duración es algo que siempre es de agradecer, más aún si no disponemos de mucho tiempo para jugarlos. Hoy voy a hablar un poco de un juego que utiliza una mecánica casi calcada al Bang! pero con ciertas diferencias; algunas de ellas muy atractivas.
Para aquellos que no sean familiares con juegos como el Bang!, explicaré en qué consiste el motor de Samurai Sword a grandes rasgos. En primer lugar, encarnaremos al personaje típico del Japón medieval. Cada personaje, elegido aleatoriamente, tiene sus propias habilidades únicas. A continuación, cada uno de los participantes recibirá una carta secreta (que no deberá desvelar a nadie) en la que especificará su rol en la partida y, por ende, sus objetivos. Hay cuatro roles distintos englobados en tres facciones.
Shogun: Es el único personaje cuya carta de rol será visible para todos los personajes. Debido a que es el único personaje que muestra su carta desde el principio, empezará con más puntos de honor que el resto. También es el primero del turno. Hace equipo con los samurais.
Samurai: Hacen equipo con el Shogun. Su carta se mantiene en secreto y, además, sus puntos de honor contarán el doble en su equipo.
Ninjas: Los personajes trabajan juntos pero ninguno de sus roles se muestran. Sus puntos de honor cuentan normalmente.
Ronin: Este personaje va por libre. Al no hacer equipo con nadie, sus puntos de honor cuentan el triple.
De este modo, los jugadores tendrán que atacar o defenderse entre ellos sin saber a ciencia cierta qué roles tienen. Se podrá atacar con las cartas que muestran armas, las cuales tienen dos parámetros: dificultad y daño. Para explicar la dificultad, digamos que es la distancia entre jugadores. Digamos que hay seis jugadores en la mesa sentados en círculo alrededor. El primer jugador quiere atacar al tercero, así que necesitará al menos un arma de dificultad 2 para llegar. Por la parte del daño, el daño quita puntos de vida, que según qué personaje juguemos, tendrá un valor de 4 ó 5. Aquí reside una de la mayor ventaja del juego. Una vez un personaje haya muerto, el jugador seguirá jugando pero deberá darle un punto de honor al jugador que haya acabado con él.
Existen muchas más cartas que podremos jugar: efectos de daño a todos los jugadores, cartas para realizar más ataques (sólo se puede atacar una vez por turno), cartas que aumentan el daño, o que aumentan nuestra distancia o la dificultad para golpearnos. La partida acaba una vez que alguno de los jugadores se quede sin puntos de honor, o bien si es el único jugador con su personaje vivo sobre la mesa.
En definitiva, el juego es bastante entretenido. Es cierto que no tiene tanta variedad como el Bang!, pero por otro lado, ninguno de los jugadores se quedarán sin jugar porque haya perdido su personaje, situación muy frustrante cuando ocurría en partidas con muchos jugadores al principio de la misma.
Un juego muy recomendable, especialmente si te gustan similares al Bang! Si aún así no conocéis dicho juego, os recomiendo que lo juguéis cuanto antes.
Un saludo y un abrazo.
Tertulia friki